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Mostrando entradas de junio, 2009

Siete

En el momento de ir a dormir, me perdono todo. Me concedo la total absolución, y me impongo la penitencia de intentar hacerlo mejor al día siguiente.

Seis

El corazón, como el agua, se pudre si se estanca. Todo lo que no des, todo lo que no legues, todo lo que no transmitas, morirá cuando tú mueras. Todo lo que des, todo lo que legues, será la parte de ti que no muera. Será la parte de ti que perdure, que tendrá más sentido.

La perfección

Soy un hedonista en el sentido original del término; para mí el placer es una de los pocos ideales que a ciencia cierta merece la pena perseguir. Y una de mis constantes fuentes de placer es la contemplación de la perfección. Obras de arte, objetos, fórmulas matemáticas o, como el caso de hoy, placeres sencillísimos como la conjunción de la temperatura perfecta con la música exacta al volumen preciso, contemplando un cielo no muy despejado ni tapado, con tránsito constante de nubes. Esta tarde humildemente perfecta me ha hecho pensar que quizás los grandes eventos, las fiestas, los festivales, las celebraciones barrocas, los excesos... son algo así como burdas granadas de mano: disparan metralla en todas las direcciones con la esperanza de alcanzar el blanco, quizás un blanco distinto para cada persona: el objetivo es el placer. Pero es un método muy poco eficiente, un método pesado, caro, tosco, cargante, impersonal, que hace uso y abuso de la estadística. Teniendo de todo, es fácil

El Taj Mahal de arena

De los numerosos casos cuya investigación corrió a cargo del inspector Jean - Paul Zinermann , realmente pocos fueron a la vez tan curiosos y tan sencillos de resolver como el llamado caso del Taj Mahal . En el año 2005 Antoine Salieri , próspero ingeniero de Marsella , descubrió que su mujer Laura, centro de su vida y objeto de su obsesión más allá de una relación amorosa habitual, había mantenido una relación de alta graduación sexual -ese tipo de sexo atípico, tántrico , que llega hasta un plano espiritual- con Amadeo , un joven argentino que contaba con múltiples "conquistas-mecenas" en la provincia, todas víctimas de su extraordinario magnetismo personal, que comenzaba a actuar en los chats que por la época les dio por frecuentar a las aburridas mujeres de los acaudalados prohombres de la ciudad. Tal como observó Zinermann a lo largo de la investigación, de las entrevistas con Salieri y del posterior juicio, el objetivo vital de Salieri , que ejercía desde su desp