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Mostrando entradas de octubre, 2008

Deseos

Cada vez que alguien me dice "Cómo deseo ser rico!", yo le respondo "No es verdad, no deseas dinero. Quien desea dinero, tiene dinero. Es de los objetivos más asequibles en la vida. Tú no deseas dinero: tú deseas dinero, pero sin tener que trabajar o estudiar demasiado, sin pasar noches en vela, sin dejar de ver a los tuyos, sin tener que dejar de disfrutar de la vida, sin hacer nada malo a los demás, sin renunciar a tu intimidad, a tu salud..." Y así una larga lista de "quiero dinero pero sin". Además: si efectivamente te concediesen tu deseo, si tuvieras una fortuna, al poco comenzarías a desear cambiarla por otras cosas: "daría la mitad de esta fortuna por conocer el amor verdadero"; "daría una décima parte de mi fortuna por cambiar mi aspecto físico"; "daría una quinta parte de mi fortuna por alargar unos años mi vida"... Con lo cual volveríamos al ciclo de los deseos, estaríamos como al principio, cuando aún no había apar

Intentarlo

Nunca había comprendido el significado real de loser . Es decir, me parecía cruel y prepotente que en USA fuera un insulto llamar "perdedor" a alguien. Hace poco, en la película Pequeña Miss Sunshine aprendí un matiz importante del término loser : no debería ser considerado loser quien pierde, sino quien no lo intenta. Quien se queda en el sofá pensando en cómo podrían ser las cosas. Y la verdad es que desde entonces utilizo " loser " con bastante frecuencia; en España hay un buen puñado de ejemplos. Yo hoy me siento un poco menos loser , porque he intentado hacer algo por cambiar las cosas. Considero que hoy es el día en el que he pasado de ser un quejica a ser todo un inconformista hecho y derecho. Google ha organizado un concurso, Project 10 to the 100 th . Se trata de un concurso de ideas para hacer cambiar el mundo. Yo tenía una, y la he enviado. Y no se trata de que piense que voy a ganar; sólo que he creído que para ser honesto conmigo mismo, no puedo

Progreso

Está bien, vamos a decirlo sin rodeos: el progreso, sencillamente no existe. Es algo así como uno de los dioses pequeñitos que se crearon cuando desmenuzaron al dios clásico: el puesto que ocupaba la deidad fue ocupado por un panteón de mitos. Progreso: ¿cómo explica el progreso que la generación de nuestros padres tuviera a nuestra edad muchas más necesidades existenciales cubiertas que nosotros? Vivienda, trabajo, pareja...los grandes temas! Nuestros padres, en promedio, los tenían todos resueltos con pasmosa naturalidad. Hoy cada uno de esos elementos es un bosque de complicaciones. ¿Cómo explica el progreso que la historia sea en esencia cíclica y que ahora con el nubarrón de la crisis haya voces que hablen de una vuelta al comunismo? ¿Cómo explica que la próxima generación sea la primera en tener una esperanza de vida inferior a la de sus padres? ¿Cómo explica el deterioro ambiental, y cómo explica el avance del mal gusto? Pues la respuesta es muy fácil: el progreso no explica n

Miradas

Más, mucho más que en la inteligencia, creo en el baremo de las miradas. Hay personas que miran de forma desorganizada, o autoritaria, o incompasiva. Digan lo que digan los test, de estas personas no se puede esperar un gesto inteligente. Hay personas que miran con ojos temerosos, erráticos, como periscopios espías a los que el resto de los órganos les han dicho "id a ver que hay ahí fuera" y ellos han ido a regañadientes, no sin haber protestado "y por qué tenemos que ir nosotros... que vaya el hígado"... y efectivamente estas personas ven tanto con sus ojos como podrían haber visto con el hígado. Porque temen lo que puedan ver. Hay miradas, en cambio, que acarician lo que ven. El mundo pasa a través de sus retinas sin hacer ruido, cautelosas se depositan las imágenes sobre sus neuronas como suave polvo. A sus ojos, nada es pequeño o grande, sólo necesario. Nunca son sus globos oculares extrañas glándulas segregadas y colgantes del resto del cuerpo, elementos b

Adaptación

Parece que siempre hay que elegir: identidad o adaptación. Ser fiel a una serie de principios que, espontáneamente, surgen directamente de cómo eres, o adaptarte a las circunstancias para sacar el mejor partido posible. Reírle las gracias al imbécil de turno que a la larga te puede ser útil o decirle a la cara lo gilipollas que es. Una difícil decisión. Viene a ser como decidir entre ser fiel a ti mismo, pero tener poco que hacer, o ser fiel a la corriente de turno y ver aumentadas tus expectativas . Casi siempre se cumple el principio general de que la opción más difícil es la más recomendable: sin llegar a extremos, es más recomendable adaptarse, y creo que a lo largo de los años he aprendido a callarme las verdades para mi propio provecho. No se trata de ser un vendido, es sólo que hay poca gente que esté en posición de decir las cosas tal como le brotan: sólo aquellos que no tienen nada que perder o aquellos que no tienen nada más que ganar. Se trata, simplemente, de que el orgu