Resaca

El sol arrojaba luces poliédricas verdosas entre las hojas, como esmeraldas. La existencia no tenía afilado su garfio para poder rasgar esta espesa corteza. Como la noche anterior el descanso había sido un duro trabajo, ahora el descanso seguía costando un serio esfuerzo. Levantarse había sido como la amputación de un miembro. En la cabeza, algodón sucio, virgen, como adolescente que aun no se depila. En la cabeza, lana sucia, sudada, maloliente aún en al oveja.

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