Tres
Después, dormí brevemente, el sueño del insecto, el sueño indescifrable y superficial de las bestias, un sueño de sudor y desorden.
No hubo un momento concreto en el que despertase. Pero cuando decidí levantarme, aún más cansado y confuso que al tumbarme, los libros aún continuaban ardiendo débilmente.
El fuego agonizaba como un león y como un desierto y parecía encanecer. Su vida era depredar y ahora todas las víctimas habían entregado cuando podían entregar. Ahora la hoguera debía entregarse a su vez a la Hoguera de Hogueras, al fuego que no conoce fin, debía dejarse sumergir lentamente en las arenas movedizas del Tiempo.
No hubo un momento concreto en el que despertase. Pero cuando decidí levantarme, aún más cansado y confuso que al tumbarme, los libros aún continuaban ardiendo débilmente.
El fuego agonizaba como un león y como un desierto y parecía encanecer. Su vida era depredar y ahora todas las víctimas habían entregado cuando podían entregar. Ahora la hoguera debía entregarse a su vez a la Hoguera de Hogueras, al fuego que no conoce fin, debía dejarse sumergir lentamente en las arenas movedizas del Tiempo.
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